Ha sido más el empeño que la lucha por una causa sin premio, un holograma agrietado, un clavo ardiendo en el mismísimo infierno al que más de uno se quería agarrar. Ha sido más que dos meses buenos y 6 años regulares, menos reconfortante que dormir en tu portón durante horas, menos que verte llorar a lágrima descosida. Ha sido algo más que un puerto deportivo anocheciendo o la suciedad de una plaza sin limpiar, más que las cartas que se escribieron, pero menos que cualquier otra cosa. Más que las confidencias en una calurosa tarde de café con un té de por medio, más que los planes que yo pronucié y que tu asentías pero no sentías, ha sido más que cualquier otra cosa que yo hubiera conocido, pero algo parecido a lo que tu llamas corriente.
Ha sido lo más parecido a sentir que esto ha sido un mal plan, algo parecido al amor/odio, el sentirme apaleado en una pelea entre dos personas que se amaban y descargaban contra mí toda su rabia descontrolada. Ha sido reconfortante y triste. Amargo y dulce. Es agridulce decir que me rindo sin haber empezado, pero mejor así.
Amor puro y duro. Amor que se acaba con una sonrisa. Pero amor que termina.