miércoles, 13 de febrero de 2013

Lie to me.

Él dijo: o perder mi vida o perder mi amor,
Y esta es la pesadilla de la que he estado huyendo.
Así que déjame sosternerte entre mis brazos un rato más.

Siempre fui un niño imprudente
y te aseguro que aún hay una parte de mí que aún cree.

No vamos a envejecer juntos
ni a morir al mismo tiempo.


Una casa de cimientos de barro. 

lunes, 11 de febrero de 2013

Redención



Se esta poniendo hasta arriba del aroma a gasolina que dejas a su paso. Arde como un muñeco de cartón, el día de San Juan. Y mientras, en el nudo de su estómago, se produce la redención del pecador, de aquel que no tuvo abogado defensor, en causas perdidas, que casi siempre acababan en sus labios. No puede uno liberarse de lo que no quiere, ni es culpable de lo que escapa de sus manos.

Esta redención no dará paso al alivio. Solo durará hasta que os volváis a ver, quién sabe cuándo. Y entonces todos los planes trazados y diseñados en vuestras grises vidas dejaran de tener sentido y volveréis a reír como niños que se persiguen en una fiesta de cumpleaños. La madurez, ese absurdo invento, que mata a escopetazos al romanticismo, enfriará el día a día, secará tus ojos y mecanizará tus movimientos y no volverás a recordar su cara.

Tendrá que pasar mucho tiempo. Siempre es mucho tiempo. Pero la experiencia te dice que serás una persona normal, con sus problemas normales y tu grisácea rutina te anestesiará de sensaciones y sentimientos. Y llegará otro día, no sabréis cuando, en que vuestros ojos se cruzaran y entonces, el gris dejará paso al color. Así, como un carrusel de colores, son nuestras vidas, nuestro día a día, nuestras canciones, nuestras lágrimas de madrugada, nuestra ansiedad.

Habeis cometido un error que vais a pagar toda vuestra vida: os habeis enamorado de la persona equivocada, huisteis cuando debíais de haber aguantado, os ponéis escusas en vuestra rutina, os come la conciencia y la incertidumbre de lo que pudo ser y no fue. Os conformáis, preferís la anestesia del día a día que el fuego incendiario de lo que hay entre vosotros y os inventáis a la velocidad de vértigo escusas y razonamientos para evitar pensar en lo que piensas a diario.

No sois perfectos, pero pretendéis serlo hasta la última de las consecuencias. Pasaran los años, y entonces, os acordaréis de Coelho y de su "Hay dos grandes amores en la vida". Y la vuestra será una gran historia, no muy diferente de las que os rodean. Pero especial, porque es la vuestra y nadie la entenderá. Ni falta que hace.





Y hablando pasan los dias
que nos quedan para irnos
yo al bucle de tu olvido
tu al redil de mis instintos

domingo, 10 de febrero de 2013

Bigger than us



Hay quienes buscan y encuentran.

Otros, sin embargo, sin buscar encontraron. Serendipia lo llaman.
Están los inconformistas, los asentados, los arriesgados y los conservadores, el loco y el cuerdo. Todos normales, todos con sus historias. Todas válidas.
Y luego está el caso más triste, el de aquellos que se buscan y se encuentran mutuamente, pero no están destinados a estar juntos. Locos pero razonables, arriesgados pero sensatos, gente normal, como Tú y como Yo. Cuando dos de estas personas se encontraron por primera vez fue dónde nacieron las canciones tristes, las noches más felices y los días más extraños. El camino es largo, la vida pasa, pero siempre hay una canción. 

Hay quienes buscan y encuentran. Otros encontraron y no supieron. No hay culpables. 



"Daría el resto de mi vida,
por verte ahí de pie,
en tu ropa interior"