jueves, 28 de abril de 2011

Copa Rota

"Se ve triste en la cantina un bohemio ya sin fé..." Esto es lo que reza el bolero de José Feliciano que hizo inmortal años después Andres Calamaro.
Los sitios, los emplazamientos, los lugares, sin las personas no serían nada y son ellos quién los hacen inmortales e inmortal serán para siempre las horas que pasamos allí, casi nunca con excusa al respecto.
Esto es la historia de un bar que cierra, pero en el fondo no es así. Es la historia de cada una de las personas que hemos pasado por allí a lo largo de estos años, de las diferentes generaciones que hicieron el "Mama Luna" como el bar donde pasar el tiempo, con cualquier excusa. El centro de reuniones de muchos amigos, el sitio donde comenzaron y acabaron muchas historias, algunas más bellas que otras.
Si yo contara mi historia, os diría que fue de los primeros sitios donde llevaba a mi chica, donde le arrancaba las primeras sonrisas y donde nos dábamos los primeros besos. También donde el compadreo se magnificaba, donde compartíamos historias de Valencia, Granada, Liverpool, Cartagena, Manchester, Murcia, Almería y muchos otros sitios. Donde vibrábamos con la final del mundial, donde una cerveza es una excusa para poner el hombro para desahogarse con el compañero. Aquel sitio donde el camarero es tu amigo, el dueño una persona sabia a quién escuchar y dónde siempre podrías aprender algo diferente a lo que estabas acostumbrado. Dónde hemos llorado, reido, besado, abrazado... al fin y al cabo, donde hemos vivido durante unos años.
Y este sitio se muere, o más bien, lo matan lentamente, que es como más duele. Y, como espectadores en la plaza de toros, desde la barrera, sin poder hacer absolutamente nada.
No sé donde iré a tomar los Gins, las cervezas, las partidas de dardos o ver el fútbol. No sé que bar cogerá el testigo de la buena música, del rock de siempre, o del "club" de billar improvisado.
El caso es que esto se acaba y vamos a intentar entre todos, despedirlo con rock n roll. Como merecen.
Para mí, ya es un sitio inmortal.
Hasta Siempre.

PD: Me dicen que refleje el daño en los vecinos. Que no pueden dormir. El ruido de puertas para fuera JAMÁS es achacable al propio bar. Aquí todos sabemos lo que ha ocurrido, o nos lo imaginamos y sabemos porqué se han dado tanta prisa. Quizás, un cúmulo de circunstancias mal llevadas nos han llevado a este punto y ahora solo queda resignación.

sábado, 9 de abril de 2011

De nobles sin castillo y Vírgenes sin paso.


En una de las miles de noches de insomnio que me acribillan en los últimos meses, me decidí a repasar con una buena ginebra, música de los Rolling y mi ordenador, las diversas noticias que me llegan de mi ciudad y de su Semana Santa.
Lo primero que tengo que decir, es que a día de hoy, reniego de la Semana Santa de Lorca hasta sus cimientos. (Llegado a este punto, el lector de dicho artículo si quiere puede dejar de leerlo inmediatamente. Aquí no vendemos plazas de figurantes para el desfile bíblico).Lo veo como un acto de figureo superlativo, decadente, sin nada que ofrecer desde hace años y enquistado en una tradición marcada por algunas de las familias con más apellido, que no poder, de la ciudad. Ni Blancos ni Azules, todos iguales, defendiendo su ¿fe? en sus cofradías en actos que rozan ya lo inexplicable. Ojo, esto tiene trampa. En esta ciudad si hay familias humildes y no tanto, que trabajan todo el año en mantenimiento de esta fiesta. Mis respeto para ellos, porque el sudor de frente de cada uno de ellos debería de tener recompensa, aunque ya sabéis como funcionan las cosas en nuestra ciudad del sol y esto me indigna y me hace repudiarla aún más. Por ello, mis respetos para el que trabaja en esto, para el que quiere que la Semana Santa siga siendo importante y una bandera de nuestra ciudad atravesando fronteras. Pero en esta entrada, ellos no van a ser las víctimas. Lo serán los nobles sin castillo y las Vírgenes sin paso.

Empiezo por un vídeo de youtube donde una banda de música interpreta un tema de una película de Rocky. Años atrás la cucaracha, los doce cascabeles y el somos barrieros. No sé cuál será la explicación para toda esta parafernalia.
Ni soy devoto ni seguidor y/o practicante de cofradías, hermandades y un largo etcétera. Qué bien nos va a venir a aquellos que estamos fuera y queremos ver a nuestros familiares y a nuestros amigos, porque, os tengo que confesar una cosa: me da igual quien salga este año de Reina de Saba, de Cleopatra o llevando a las Vírgenes. Sé que quizás para muchos, sea el éxtasis de popularidad que siempre persiguieron en esta ciudad embarrada en familias ¿nobles? con más palabra que escudos, emblemas, estandartes ó símbolos heráldicos. Algunos pensaron que a través de los trasdosados y la capa de yeso hace unos años daban títulos nobiliarios. Luego compraron puestos para salir portando a una Virgen. "El cielo será nuestro", pensaron, aunque, no más lejos de la realidad, era donde realmente se encontraban. Si autoproclamarse Conde, Barón o Duque fuera gratuito, en Lorca todos los pasos serían Azul y apuesto a que discutirían cuál de ellos tendría el tono más puro y noble.
De aquí a apenas 5 días, cuando comience el Viernes de Dolores, Lorca se inunda de fe como si Benedicto fuera casa por casa y diera su bendición a las comidas familiares. Es cuando surgen las rencillas, los comentarios vacíos que te hacen para provocar (hace mucho que estoy de vuelta), los bares con los himnos (ya sin humo) que ahora imagino que más de uno aprovechará para salir a la puerta a fumarse un cigarro, los gallardetes en las farolas y los palcos y la tierra en mi calle.

Así que conciudadanos de Lorca, disfruten de la Semana Santa, aquel que lo quiera hacer y aquel que no, aproveche para visitar a sus allegados, acérquense a la playa o porque no, darse una vuelta el Viernes Santo por la mañana y descubrir cuál es el tono que más se llevará esta primavera/verano en las terrazas de Lorca y Águilas. Por lo que a mí respecta, espero que también se respete al que no comparte creencias ni poses, pues en la libertad de cada uno está elegir y yo he elegido que este año, por lo menos, no.