sábado, 5 de febrero de 2011

"Bury me softly in this womb...

4/4. Se acabó. Y termino como deben de acabar todas estas cosas: rápido, indoloro y con imprecisiones. Estrenamos a partir de ahora una nueva semi-vida en esta ciudad alejados del ritmo frenético de los exámenes, del stress, de la agonía particular....
Febrero se nos presenta con frío glacial que se abre paso por la ciudad a la velocidad de la luz. Como un enorme tobogan de frío, que congela tus huesos y te humedece arterias. Siguen las obras en la ciudad, como una gran operación a corazón abierto, estirpando impurezas por donde el día de mañana, transitaran las vías metálicas del metropolitano.
He cambiado de costumbres, no todas, algunas quedan de una anterior vida. No me recuerdo tan ermitaño como aquí, viendo la vida pasar, como un espectador más. La veo pasar y me dejo llevar por la música de cualquiera que me venga bien en ese momento, aunque, mis preferidos, son intocables. Me sumerjo en afinaciones en re y ritmos machacones, gritos casi de angustia. Abro los ojos, y aún no estoy en el estado de Washington y no es 1993.
Una foto de Paul Pierce me observa desde un rincón, recordándome el tiempo que llevo aquí. Camino ya de 4 meses y ni siquiera llegamos al ecuador del curso. Recapacito, tomo un trago, ah si, en casi 4 meses he cambiado mi día a día casi a diario. Un poco más perdido que ayer, un poco más cerca del hoy.
¿Es inevitable el echar en falta ciertas cosas? Muchas veces pienso que atrás no he dejado tanto y otras me muero por volver. En Lorca tenía una rutina, pero también me faltaba el aire. ¿Y las amistades? han pasado tantos años, tantos momentos... ¿Es el momento de volver a, de mantenerse o de seguir mirando por la ventana? Hay hechos, situaciones contrastadas que te hacen pensar que estas fuera de juego, pero puede que yo me distrajera o que la defensa lo tirara a la perfección. Hay defensas que son inquebrantables y ellas marcan ya no solo el territorio, sino sus propias leyes, casi místicas. Líberos a los que como en el antiguo Egipto, les servían cada noche alimentos de forma material y los creyentes creía que absorbían el espíritu de aquellos manjares. Semidioses rutinarios, con más poder de habilidad en la leyenda que se han forjado que en lo que verdad son.
Paul Pierce me sigue mirando. Seguiré mirando por la ventana ya que aún no he conocido en persona nadie con capacidad divina, a pesar de que alguno crea ser el Rey Sol.
La vida sigue con o sin Dioses.


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