viernes, 23 de septiembre de 2011

Blues

Atraviesa el calor que ha dejado la lluvia por la ventana de este otoño prematuro en el tiempo. Se condensa el vapor de agua, formando un pequeño riachuelo que cae dentro del dormitorio. Se desnuda un cuerpo a la velocidad de un blues, con una luz tenue sobre una piel tostada en el sol del mediterráneo. El ambiente está demasiado cargado. Hay alguien que se balancea en una vieja amaca, y observa con un juguete entre las manos. Un cuerpo efímero que termina de desnudarse justo a sus pies, que se desliza por su cuerpo. Todo a ritmo de blues en do menor.

Ya ha amanecido y la lluvia ha dado paso a un sol que quema, más propio de mediados de agosto que de este otoño. Sigue haciendo calor. Y ella se gira y antes de que cruce la puerta le pregunta si se volverán a ver. Él le contesta, que si se produce, volverá a ser a ritmo de blues.


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