martes, 9 de agosto de 2011

Hasta aquí



Hasta aquí mis ganas de seguir, hasta aquí han llegado.
Hasta aquí mis manos y tu pelo, que ya no se enredan ni creo que lo vuelvan a hacer.
Hasta aquí los gritos y las malas caras, hasta aquí el gris del cielo cuando te pones violenta, hasta aquí.
Hasta aquí las farolas de tu ancha calle, del color dorado de nuestra pequeña, hasta aquí.
Hasta aquí mis fuerzas y mi aliento, mi carrera hacia la cumbre de esta montaña infinita.
Hasta aquí las noches que no dormí y las mañanas perezosas, hasta aquí el olor a tabaco en la almohada o un libro a medio abrir.
Hasta aquí todo lo planeado, todos los mapas trazados o todas las cosas que quedaban por venir.
Hasta aquí mis preocupaciones livianas de este mundo, mis ganas de ocio en fin de semana, mis noches largas.
Hasta aquí tu y yo, hasta aquí el estar juntos por estar o por no estar, hasta aquí.
Hasta aquí el engañarnos a nosotros mismos, a todos los que nos rodean. Hasta aquí.
Y hasta aquí todo lo que no sea importante de verdad, como la salud de los mios y del amor que me ofrecen. Hasta aquí hemos llegado vida, que de paso a una nueva, que hasta aquí hemos llegado.

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